Rallye Paris-Dakar 1982

Para algunos, el tercer puesto logrado en 1981 supo a victoria, al igual que las victorias que llegaron en los Rallyes de Túnez y de Argelia, donde Briavoine se hizo con el primer puesto en ambos. El título oficioso de campeón no le servía ni al bravo piloto galo ni a Jean Poch, quien seguía empeñado en ganar el Rallye Dakar.

Para ello, en 1982 el coche no sufrió grandes cambios en su configuración mecánica. Se mantendría el motor con el kit Strakit de 1800 cc y el resto de mejoras respecto al coche de serie que le permitía superar los 160 km/h por las pistas africanas

Así, en la salida de la carrera en la plaza del Trocadero, el equipo Poch puso esta vez tres vehículos oficiales completamente preparados para ganar la carrera, coches que se unieron a otros 17 participantes, completando un total de 20 Lada Niva participantes, el mayor número de los mismos que se ha visto hasta ahora.

Entre estos 20 coches se encontraba el número 183, pilotado por dos españoles, los primeros en participar en un Dakar a bordo de un coche. Se trataba de los asturianos José Carlos Cabrera y Eusebio Abascal, a quienes la prensa de la época les dedicaría una gran atención, no en vano eran nuestros primeros participantes en 4 ruedas.

No fueron los únicos, pues en la categoría de motos participó Juan Porcar , con una Ossa 310 Pioneer, y en camiones Carlos del Val y Jaime Lazcano tomaron la salida con un Iveco. Desgraciadamente ninguno de ellos logró llegar a meta.

  • Nº159                   Jean-Pierre Kurrer/Eric Briavoine
  • Nº160                   Jean-Claude Briavoine/André Deliaire (Oficial)
  • Nº161                   André Trossat/Pierre Richard (Oficial)
  • Nº162                   Alain Oger/Laurent Leboth (Oficial)
  • Nº180                   Martine De Cortanze/Marguerite Ondarts
  • Nº181                   Eric Baus-Valton/Brochard
  • Nº182                   Jean-Yves Borel/Pierre Paoli
  • Nº183                   José Carlos Cabrera/Eusébio Abascal
  • Nº184                   Willy Bosschaerts/Lydia Weets
  • Nº185                   Didier Goudot/Jobert
  • Nº186                   Philippe Neau/J-P Hamelin
  • Nº187                   Patrick De La Fontaine/Charron
  • Nº188                   Michel Croisiard/Hauc
  • Nº189                   Bernard Lecuelle/Jean Tanham
  • Nº190                   Patrice Soupa/Michel Luvisutto
  • Nº191                   Denis Grabowski/Philippe Chéron
  • Nº192                   Jean-François Girodeau/Gérard Verzeaux
  • Nº194                   Gérard Choukroun/Philippe Berthelin
  • Nº204                   Yann Duffillot/Gilles Petitmengin            
  • Nº221                   Michel Gendre/Jean-Charles Djaoui

Fue un Dakar repleto de pilotos curiosos empezando por el Niva Nº159 que copilotaba Eric Briavoine, hijo de Jean-Claude y que se animó a seguir los pasos de su padre en la carrera. Pero no fue el único, la ascendente fama de la carrera empezó a atraer a personalidades curiosas que se embarcaron en la carrera, entre otros Claude Brasseur, un conocido actor francés y que compartía coche con Jacky Ickx, la nadadora Christine Caron o el esquiador Bernard Russi. Aunque el participante que más atención atrajo fue sin duda Mark Thatcher, el hijo de la Primera Ministra Británica Margaet Thatcher.

Briavoine y su Niva Poch partían como favoritos tras su segunda plaza del año anterior, pero debían enfrentarse a un poderoso elenco de pilotos, posiblemente encabezado por los temibles hermanos Marreau a bordo de un Renault 20 Turbo 4×4 que ellos mismos habían desarrollado ayudados por la marca. En una carrocería de un Renault 20 introdujeron el motor 1600 de 133 cv procedente de un Renault 18 Turbo, el eje trasero de una Renaul Traffic y una caja de trasnferencia de su propia creación. A esto se sumó unas suspensiones reforzadas y con gran altura libre, neumáticos grandes y un contenido peso de 1400 kg. Con estas cifras el coche podía llegar a 170 km/h por los caminos y superar los 200 km/h en el asfalto. A bordo de tan poderosa máquina y con la experiencia de haber participado en todas las ediciones del rallye celebradas hasta la fecha, los hermanos Marreau eran sin duda un adversario temible para la escuadra Lada.

El Renault 20 4×4 de los Hermanos Marreau

La carrera no empezó bien para Briavoine y compañía. En el prólogo ya no fueron los más rápidos como había pasado en anteriores ediciones. Pero sus problemas no terminaron ahí, en la primera etapa en suelo africano, Ouled Djellal – El Baadj, de tan sólo 64 km, la pareja de pilotos Lada se dejó 20 minutos entre una espesa nube de polvo que no les dejaba ver. No serían los únicos ya que también Metge, el ganador de la anterior edición, se dejaría tiempo en esta etapa. Los Marreau sin embargo no tuvieron problemas y, acompañados por una pizca de suerte, pusieron tierra de por medio a las primeras de cambio. Trossat por su parte no tuvo tantos problemas como Briavioine y se mantuvo en las plazas de cabeza, finalizando segundo la segunda especial de esa etapa.

Con la carrera ya cuesta arriba Briavoine debería pelear duro si quería ganar, y eso fue lo que hizo. Etapa tras etapa y especial tras especial estaba siempre en los primeros puestos, recortando tanto como le era posible y no libre de problemas como los pinchazos que le obligaron a recorrer los últimos 100 km de la octava etapa con una rueda en la llanta. No era el único empeñado en ganar el Dakar; Jacky Ickx mostraba sus dotes como piloto y al final de la cuarta etapa ya era líder de la carrera, superando a los Marreau.

En la octava etapa se produjo un hecho que revolucionaría la carrera. Mark Thatcher y su Peugeot Nº 178 no respondían a la radio y se encontraban desaparecidos. Se puede imaginar la alarma que se produjo ante la posibilidad de que el hijo de la “Dama de Hierro” hubiese sido secuestrado con fines políticos. Afortunadamente aparecería 3 días después sano y salvo en una tienda de campaña en un aldea de Mali, aunque su desaparición sigue teniendo un cierto halo de misterio que el nunca se ha preocupado de aclarar.

Las etapas 14 y la 16 serían de fortuna para Briavoine y Deliaire, quienes lograron hacerse con la victoria en las mismas y recortar un valioso tiempo en la general ante los problemas de los Marreau, que eran líderes. No fue suficiente sin embargo para sobrepasarles en la general, y pese a una enconada batalla que será recordada por años, a la llegada al Lago Rosa, los hermanos franceses lograban hacerse con la deseada victoria sin ganar una sola etapa pero mostrando una gran regularidad, mientras que Briavoine y Deliarie debían conformarse de nuevo con el segundo puesto a pesar de ganar dos especiales o Ickx, quien terminó quinto habiendo ganado nada menos que siete. El Dakar volvía a demostrar que no siempre era el más rápido el ganador.

Peor fortuna corrió el otro Niva Poch, el de André Trossat, quien hubo de abandonar por problemas mecánicos, al igual que el resto de Ladas. Ninguno terminó la carrera, incluido el de Cabrera y Abascal que abandonaron tras 4500 km por la rotura del soporte de la caja de cambios.

En esta edición se hubo de lamentar el fallecimiento del piloto holandés Bert Oosterhuis, a causa de una caída, y el de un niño en Malí a causa de un atropello.

Para muchos otro segundo fue un éxito, para el equipo Poch era quedarse de nuevo a las puertas del éxito. La carrera era cada vez más exigente y los competidores más preparados. Estaba claro que el Lada necesitaba una nueva evolución que le permitiese estar en primera linea de la carrera. Para ello se intentó aumentar la cilindrada a 2 litros, evolución que se probó en el Rally del Atlas, con una potencia de entre 150 y 160cv. Fueron suficientes para permitir que André Trossat, que ya es piloto oficial, termine quinto del evento.

Pero la fragilidad mecánica de un motor llevado al límite cobra un feo protagonismo y dicha fragilidad, traducida en averías, obliga a volver a la anterior configuración de 1800cc y 140cv. Una configuración que ofrece una mayor fiabilidad a costa de una menor potencia. El vetusto motor soviético ha llegado a su máxima evolución y se toma la decisión de reemplazarlo por un motor Maurelec de 2,5 litros, con una potencia entre 180 y 215 CV. Motor evolucionado por Marcel Morel.

Motor Maurelec 2500

La idea de involucrar a Morel vino de Jacques y Jean-Jacques Poch, quienes ya le conocían del mundo de la competición por su gran habilidad para conseguir motores de altísimo rendimiento. Recordemos que en 1981 Morel ya participó con sus propios medios a bordo de un Niva con motor Simca turbo, aunque la fiabilidad no fue buena y se retiraron en las primeras etapas por averías en la suspensión delantera que no soportó el peso del motor. Imaginamos que a los Poch no les costó mucho convencer a Morel para que preparar los Lada Poch del Dakar.

Ese año Trossat venció en el Rally de los Faraones y el Rally de Argel donde Briavoine, terminó tercero en el otro Niva, equipado con el motor Maurelec, en proceso de pruebas, ofreciendo así un primer título mundial de raids TT para el equipo “Lada-Poch”.