El equipo humano
Ninguna aventura sería posible sin el equipo que la da vida. En esta familia que formamos, las personas son lo más importante y en nuestro Club hacemos gala de la amistad que nos une y que intentamos fomentar en cada una de nuestras actividades.
Esta no podía ser una ocasión diferente y estamos muy emocionados en presentaros a aquellos de los nuestros que van hacer realidad dos sueño: El suyo de participar en un Dakar Classic y el nuestro de devolver el Niva a la competición del Dakar. A continuación te vamos a contar un poco más sobre nuestros protagonistas.
Piloto: Salvador
Salva es agente de viajes y durante años ha estado ejerciendo cargos directivos en diferentes empresas. Tiene 55 años y actualmente vive en Andorra.
Copiloto: Esther
Esther, es doctora de profesión y he dedicado gran parte de su vida a desarrollarse profesionalmente en el campo de la medicina. Actualmente tiene 56 años y reside igualmente en Andorra.
Ah! Olvidamos decir que Salva y Esther están felizmente casados, en lo personal y como piloto y copiloto.
La vida los llevo a residir lejos de España, concretamente en Camboya. Allí vivieron durante unos 10 años hasta que decidieron regresar a Europa.
Su pasión por los coches antiguos les llevó a adquirir un Seat Marbella que con mucho esfuerzo prepararon para Raids. Decimos con mucho esfuerzo porque montaron este coche por teléfono desde Camboya. Podemos aseguraros que es trabajo realmente duro y complicado. Con este Seat Marbella participaron en 4 ocasiones en Panda Raid, donde a pesar de no ganar la general obtuvieron la victoria en varias etapas. También participaron en el Spain Classic Raid.
En este 2021 se corrió por primera vez el Dakar Classic, una categoría dedicada a coches clásicos. Fue verlo y decir los dos: “Queremos estar ahí”. No les hizo falta mucho más para decidirse. El siguiente paso fue elegir el coche con el que querían participar: Mitsubishis, Toyotas y… de repente recordaron los Lada Niva del importador francés Poch recorriendo el Sahara. Fue recordarlo y, casi sin darse cuenta, comprar un Niva que estaba abandonado en un huerto. Este afortunado Niva pasará de un más que probable destino en el desguace más próximo a recorrer el desierto Saudí.